KILLA - FRANCISCO IZQUIERDO RÍOS: Encuesta de satisfacción
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martes, 21 de mayo de 2013
martes, 9 de abril de 2013
jueves, 4 de abril de 2013
miércoles, 3 de abril de 2013
¿Qué es una revolución educativa?
EL SISTEMA EDUCATIVO JAPONÉS
El sistema educativo japonés comienza en la guardería, entre los dos y cinco años, y acaba cuando el alumno finaliza su formación académica, generalmente tras los estudios universitarios o post-universitarios. Todos y cada uno de los centros a los que asistirá el niño en su formación requerirán un duro examen de acceso y tanto los hijos como los padres son conscientes de que el mejor colegio significa el mejor trabajo, el mayor éxito y a la postre, la felicidad.
Por eso los cuatro actores pertinentes de la educación: padres, alumnos, profesores y autoridades estatales, están implicados y coordinados bajo dos directrices, la competencia y la integración, para la síntesis de la supereficiente sociedad japonesa. Así, la estructura final genera proto-ciudadanos que luchan para ser los mejores en todos los ámbitos escolares (cultura general, deporte, arte y tradición) y que sienten la necesidad de encajar y tener éxito en su función grupal como la mayor de sus obligaciones.
Para que todo esto se sustente, el sistema utiliza el concepto doble y simétrico
de la autoridad del profesor / la obediencia del alumno. En el sistema
japonés el esfuerzo del alumno está dedicado en exclusiva a dar abasto con todas
las tareas que le son asignadas, sin cuestionarlas por repetitivas o
desagradables que parezcan, porque es satisfaciéndolas como mejor va a servir al
grupo al que pertenece.
Este entorno tan estricto y estresado en el que la integración y la abnegación son los valores más importantes a desarrollar, la realidad nos arroja tendencias alarmantes como el alto nivel de abandono escolar, la generación espontánea del fenómeno Hikikomori (adolescentes que abrumados por las exigencias sociales no salen de sus habitaciones durante años), el fenómeno del Ijime (bullying) e incluso los finales dramáticos como el de Kiyoteru Okochi, que se suicidó presa de la presión a los 14 años de edad, principal ejemplo de la elevada tasa de suicidio adolescente del país.
Tras estos apuntes sobre cómo funciona uno de los sistemas educativos mejor valorados por el informe PISA de la OCDE, paradigma de la escolarización más obsoleta, sin entrar en juzgarlo debería hacernos pensar ¿Es reforzar la idea de educación tradicional, unidireccional y autoritaria, lo que necesita el modelo español? ¿O habría que pensar en una forma más adaptada y menos obsoleta la sociedad moderna y tecnológica de la que los jóvenes de hoy son sin duda los que más saben? A la hora de hacer una reforma ¿Cuál es la dirección que hay que tomar?
Este entorno tan estricto y estresado en el que la integración y la abnegación son los valores más importantes a desarrollar, la realidad nos arroja tendencias alarmantes como el alto nivel de abandono escolar, la generación espontánea del fenómeno Hikikomori (adolescentes que abrumados por las exigencias sociales no salen de sus habitaciones durante años), el fenómeno del Ijime (bullying) e incluso los finales dramáticos como el de Kiyoteru Okochi, que se suicidó presa de la presión a los 14 años de edad, principal ejemplo de la elevada tasa de suicidio adolescente del país.
Tras estos apuntes sobre cómo funciona uno de los sistemas educativos mejor valorados por el informe PISA de la OCDE, paradigma de la escolarización más obsoleta, sin entrar en juzgarlo debería hacernos pensar ¿Es reforzar la idea de educación tradicional, unidireccional y autoritaria, lo que necesita el modelo español? ¿O habría que pensar en una forma más adaptada y menos obsoleta la sociedad moderna y tecnológica de la que los jóvenes de hoy son sin duda los que más saben? A la hora de hacer una reforma ¿Cuál es la dirección que hay que tomar?
Killa
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